Papa Francisco

"El Cardenal Jorge Bergoglio, hoy el Papa Francisco, pasó varios años al frente del Colegio Máximo donde aún se conserva intacto su despacho con su habitación contígua. Citamos en esta página un extracto de la nota que Hugo Alconada Mon escribiera para el diario La Nación sobre la vida de este gran sacerdote jesuita en el Colegio Máximo.

"Soy Bergoglio, cura": vida íntima y obra del Papa que llegó del fin del mundo


[...] "En 1979, de todos modos, el liderazgo de Bergoglio en la Compañía llegó a su fin. Con 42 años, asumió como rector del Colegio Máximo, entre 1980 y 1986, y de la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel, además de presidir un área de la Universidad del Salvador, y escribir dos libros: Meditaciones para religiosos, con aquel recuerdo para su otrora director espiritual, el salesiano Enrique Pozzoli, y Reflexiones sobre la vida apostólica.

"A LOS CHANCHOS"

En el Colegio Máximo dejó recuerdos imborrables. "Vos, a los chanchos", le ordenó en 1984 a uno de los recién llegados, Gustavo Antico, entonces de 18 años y hoy sacerdote y rector de la Iglesia Santa Catalina de Siena. Pero eso sí, aclara Antico, "él nunca te mandaba a hacer algo que él no hubiera hecho".
Así fue como aquel enero después del retorno de la democracia, ambos terminaron en el chiquero. "Él venía todos los días y nos solía ayudar con los chanchos", dice Antico. "Era muy exigente; las horas destinadas a trabajar durante la formación sacerdotal eran para Jorge muy importantes."
Tras tantos años -y varios chanchos- compartidos, Antico celebra que Bergoglio haya llegado al Vaticano. "Es un hombre entregado, bondadoso, de mucha escucha y carácter firme. Es muy decidido y exigente, pero al mismo tiempo es esa persona que vemos ahora en Roma, ese papa que despliega frescura y libertad. Es una persona de una vocación muy clara, un sacerdote popular y carismático. Los que estuvimos cerca de él sabemos que es un papa urgido por la realidad."
Como si fueran pocas sus obligaciones, entre 1980 y 1986 se desempeñó además como primer párroco de la parroquia del Patriarca San José, en la diócesis de San Miguel, donde organizó la catequesis y fundó cuatro iglesias y tres comedores infantiles. Si quería pastoral social concreta, allí la encontró.
"Los momentos más lindos como cura son los que pasé con la gente -admitió Bergoglio, en aquella entrevista radial-. Eso me queda siempre en el corazón, el haber caminado junto a un pueblo que busca a Jesús."
Esas "urgencias de la realidad" le aportaron un ida y vuelta que enriqueció y complementó su bagaje doctrinal, cuentan quienes lo rodean, en una simbiosis entre lo que la Iglesia propone y la gente necesita o los problemas que afronta: desempleo, drogas, inseguridad y miseria, entre otras. Hasta restarles dramatismo a temas que para otros sacerdotes son casi tabú. Así, no son pocos los que repiten diálogos como el que tuvo con Paula, madre de una villa:
-Mi hijo se apartó de la Iglesia, no está yendo a misa y.
-¿Es buen pibe? Eso es lo que importa.
En marzo de 1986, viajó a Alemania. Estudió para completar su tesis doctoral en la pequeña Universidad de Teología y Filosofía de St. George, cerca de Fráncfort. "Pasó aquí algunos meses para asesorarse con algunos profesores acerca de un tema de disertación", indicó un vocero de la casa de estudios. Según Bergoglio, allí hizo "estudios especiales de espiritualidad", un eje central de su formación y de su personalidad." [...]